Rol de las oficinas en las ciudades inteligentes

A medida que el mundo en el que vivimos se hace más y más dependiente de la tecnología para ganar eficiencia y confort también lo hacen los edificios y, por ende, las oficinas. Al tratarse además de espacios donde gran parte de la población pasa la mayor parte del día, el rol de las oficinas inteligentes ocupa un lugar importante en la transición hacia ciudades inteligentes.

Los edificios inteligentes utilizan la tecnología para conectar sistemas dentro del mismo y así mejorar su rendimiento y satisfacer las necesidades de los ocupantes. Entre estos se encuentran:

Los sensores de aforo, junto a los controles de acceso, pueden ayudar a gestionar el uso que se les da a los espacios, desde sincronizar la frecuencia y horario de la limpieza de un lugar a limitar el acceso de este para evitar abarrotamientos. También podría facilitarse esta información a los usuarios del edificio para el uso de las instalaciones: uno podría consultar cuando el gimnasio está vacío y, así, usarlo cómodamente.

Si además se cuenta con un estilo de trabajo parcialmente presencial carece de sentido contar con un espacio para todo el personal de la empresa cuando éste nunca asistirá en su totalidad a la oficina. Asimismo, intentando hacer también uso eficiente del espacio disponible, una oficina inteligente puede convertirse en un espacio multifuncional sin esfuerzo adicional para los usuarios, ayudándoles también a navegar por un entorno cambiante. En esta línea, se les ofrecerá información sobre el uso de un espacio, disponibilidad de salas de reuniones y localización de espacios libres, incluso podrá asistir en la localización de compañeros o recursos de la oficina.

Atendiendo, además, tanto a la ocupación, actividad que se va a realizar y condiciones de un espacio se buscará la solución más eficiente en términos de energía que, a su vez, resulte en una situación de confort para el usuario. Este confort del usuario se podría alcanzar por medio de recursos naturales como puede ser abrir ventanas automáticamente para crear una agradable brisa en vez de confiar en sistemas como el aire acondicionado.  También se podrá usar a su favor la apertura de ventanas automáticas para, tras monitorear la calidad del aire de un espacio, abrirlas si fuera necesario.

Resulta también interesante sacar a relucir los beneficios que este sistema podría tener en el trabajador como individuo: desde ayudarle a acoger hábitos saludables, avisándole por ejemplo de que lleva demasiado tiempo sentado frente a la pantalla, a que pueda gestionar todos los sistemas previamente mencionados desde la comodidad de su Smartphone, sin necesidad de una consola compartida.

La tecnología avanza a grandes pasos y, en el caso de las oficinas inteligentes, contar con un uso eficiente del espacio no es suficiente, este espacio también debe resultar atractivo para el trabajador, así como una solución personalizada: debe aportar flexibilidad, libertad y un entorno estimulante, haciendo énfasis en el bienestar del individuo. Esto solo puede conseguirse de la mano de una combinación de sistemas: sistemas automatizados de edificios, sensorización y gestión óptima de la información recogida, instalaciones de diverso ámbito y apps que integren todos los servicios.

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