La eficiencia en la calefacción

El tipo de calefacción que se utiliza en la vivienda influye enormemente en la factura que las familias pagan a final de mes. En función del tipo de calefacción que elijamos puede variar mucho el precio del consumo que hagamos (en función de si es eléctrica, de gas, comunitaria o individual).  Un sistema eficiente de calefacción puede suponer ahorrar mucho dinero en las facturas a final de mes.

Según la Guía Práctica de la Energía publicada por el IDAE la mayoría de hogares españoles disponen de sistema de calefacción por elementos independientes como estufas, radiadores y convectores eléctricos y bombas de calor, la mayoría de los cuales utilizan energía eléctrica para funcionar.

Un 25% cuentan con un sistema de calefacción individual instalado en su casa, que es independiente del resto de viviendas de su edificio o urbanización. Y tan solo un 10% de hogares disponen de una instalación térmica centralizada, donde una misma sala de calderas ofrece servicio a un conjunto de hogares, generalmente de un mismo bloque o comunidad de propietarios.

Fuente: IDAE

Para poder hacernos una idea en la tabla podemos observar los precios aproximados para una vivienda de 90 m2 y cuatro inquilinos.

Tipo de calefacción Precio de instalación Precio de consumo
Calefacción eléctrica en radiadores 330 € 2.672 €/año
Calefacción a gas natural de condensación con radiadores de agua 2.540 € 808 €/año
Calefacción biomasa con radiadores de agua 3.100 € 790 €/año

Como se puede ver el precio anual de consumo es considerable. Establecer cuáles han sido los consumos de calefacción individuales y globales, y hacer un reparto ajustado a la realidad contribuye al ahorro y la eficiencia energética del edificio. Se calcula que por cada grado centígrado de más se consume entre un 7 y un 10% adicional de energía. Y es que, sin medir es imposible determinar si, por ejemplo, se está consumiendo más energía de la necesaria. Por ello un sistema que no solo permita medir el consumo de cada radiador si no actuar directamente sobre los consumos innecesarios puede suponer un ahorro enorme en las facturas.

Mediante sistemas de domótica podemos no solo controlar los consumos, también podemos actuar sobre cualquier gasto innecesario como apagar la calefacción cuando se abren ventanas, aprovechar la luz solar para calentar la vivienda abriendo persianas y regulando la temperatura o apagar los radiadores en las habitaciones que no se usan. Y estos son solo alguno ejemplos claros del ahorro directo que supone este sistema. Se calcula que se puede ahorrar entre un 20% y un 40% en la factura de la calefacción. Esto significa que puedes amortizar el sistema en muy poco tiempo.

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